Experimentando con viejas fotos mías en blanco y negro, de diferentes momentos de mi viaje fotográfico, la energía de las fotografías empezó a destacar. Los colores que resultaron de estas nuevas perspectivas dieron como resultado un cambio en las emociones, los sentimientos, que adjunto a sus recuerdos. Cambio mi enfoque de un lugar a otro en el momento, y las tomas se convierten en un mapa de calentamiento, donde mi mente me lleva a donde pongo el calor.

Tras experimentar con viejas fotos mías en blanco y negro obtenidas a lo largo de mi extensa carrera profesional, la energía procedente de aquellos comenzaron a hacerse notar. Los colores que resultaban de esta nueva perspectiva modificaron mis emociones, mis sentimientos pegados a sus recuerdos. Mi foco cambia de lado a lado ya cada momento, y las tomas se transforman en un mapa de calor en el que la mente me lleva dondequiera que el calor esté.